El invierno es la estación en la que los virus respiratorios encuentran el escenario ideal para propagarse. Las bajas temperaturas, la permanencia prolongada en espacios cerrados y el debilitamiento del sistema inmunológico favorecen la aparición de diversas infecciones. Por ello, es fundamental conocer los principales riesgos de esta temporada y tomar medidas para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
Las infecciones respiratorias más frecuentes en invierno
Covid-19: sigue entre nosotros
Aunque ya no acapara la atención mediática como antes, el Covid-19 sigue presente y puede representar un peligro, sobre todo para personas mayores, inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas. La aparición de nuevas variantes hace que el riesgo persista, aunque algunas sean menos agresivas. Mantener el esquema de vacunación actualizado sigue siendo la mejor defensa contra complicaciones graves.
La gripe estacional: un viejo conocido
Cada año, el virus de la influenza afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque muchos la consideran una enfermedad leve, puede derivar en complicaciones como neumonía o agravamiento de patologías preexistentes. Grupos de riesgo como adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con afecciones respiratorias deben priorizar la vacunación, ya que esta reduce la gravedad de los síntomas y la necesidad de hospitalización.
VRS y otros virus respiratorios
El virus respiratorio sincitial (VRS) es otro protagonista del invierno, especialmente peligroso para niños pequeños y adultos mayores, ya que puede causar bronquiolitis o agravar problemas respiratorios. Es importante estar atentos a síntomas como tos persistente, fiebre y dificultad para respirar, y acudir al médico en caso de duda.
Otros virus como el adenovirus, metapneumovirus y rinovirus también circulan en esta época. Aunque suelen causar resfriados leves, pueden derivar en infecciones graves en personas vulnerables.
El papel del neumólogo en el control de las infecciones
Para quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas como asma, EPOC o fibrosis pulmonar, el invierno puede ser especialmente desafiante. En estos casos, el neumólogo desempeña un rol clave en el diagnóstico, tratamiento y prevención de complicaciones. Las consultas regulares con este especialista ayudan a mantener un control adecuado y reducir riesgos.
Además de la vacunación, hay medidas sencillas que pueden hacer una gran diferencia: lavarse las manos con frecuencia, usar mascarilla en lugares concurridos, ventilar los espacios cerrados y llevar una alimentación equilibrada para fortalecer el sistema inmunológico.
Este invierno, estar atentos a los síntomas y seguir las recomendaciones médicas puede marcar la diferencia. Proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean es una responsabilidad compartida.