La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 se ha convertido en el mayor desafío al que nos hemos enfrentado en las últimas décadas a nivel mundial, no solo desde el punto de vista sanitario, sino también en el ámbito social y económico.
Afortunadamente, la sociedad científica inició desde el principio de esta crisis, el camino para conseguir la solución al problema: desarrollar la vacuna contra la enfermedad.
En el caso del COVID-19, la vacuna “enseña” a nuestro sistema inmunitario a dar una respuesta rápida y eficaz contra el virus, reduciendo el riesgo de que éste cause síntomas graves o tenga consecuencias importantes para la salud. Además, la inmunidad disminuye la probabilidad de que las personas infectadas lo contagien a otras, protegiendo así a los grupos más vulnerables. Igualmente, al disminuir la propagación del virus, ayudamos a reducir la aparición de nuevas variantes.
En nuestro país, más del 75% de los españoles ha recibido ya dos dosis de la vacuna frente al SARS-CoV-2. El beneficio es gigantesco: se calcula que por cada millón de vacunados, se evitan en torno a 4.600 hospitalizaciones y hasta 700 muertes por esta enfermedad.
Sin embargo, con la aparición de nuevas cepas y la necesidad de frenar de una vez por todas la propagación del virus, se han llevado a cabo, en los últimos meses, diferentes estudios para evaluar el efecto que tendría recibir una tercera dosis de la vacuna.
Uno de ellos, publicado en la revista The New England Journal of Medicine concluyó que los pacientes a los que se les administraba una tercera dosis de “recuerdo” tenían hasta un 90% menos de mortalidad que aquellos que no la recibían.
Con estos datos, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha desde noviembre del 2021 un nuevo plan de vacunación para administrar esta tercera dosis, comenzando por los pacientes de mayor riesgo: personas de edades más avanzadas o con enfermedades graves. Por tanto, queda claro con evidencia científica la eficacia e indicación la tercera vacunación en la población de forma general. Es obvio, que siempre hay casos particulares en los que se recomienda la valoración por un neumólogo coronavirus o un médico con experiencia en COVID para valorar las situaciones concretas.
Por último, hay que recordar que la vacunación no evita la posibilidad de infectarse por el COVID, por lo que la combinación de las vacunas con otras medidas de prevención como el uso de la mascarilla, la distancia de seguridad interpersonal y el lavado de manos frecuente son la clave para lograr controlar la pandemia de forma definitiva.